A escritora e jornalista Pilar Rahola dedicou três artigos imperdíveis a Jerusalém, capital do Estado de Israel e, e a seu reconhecimento por parte dos Estado Unidos. Reproduzimos abaixo um deles, intitulado "Como se atrevem estes judeus loucos considerar a capital de Israel, capital de Israel?".
“Cómo se atreven estos
judíos locos a considerar que la capital de Israel, es la capital de Israel?”
A la ignorancia y al prejuicio, cabe añadir la
hipocresía. Esa es la triple constante que mueve la reacción contra
Israel, cada vez que protagoniza la noticia. Lo que pasa sobre este pequeño
país, no pasa con ningún otro, ni tan siquiera con aquellas tiranías indecentes
que esclavizan, reprimen y matan.
No solo porque es la única nación que sufre
violencia desde el día uno de su existencia, y el único miembro de la ONU
amenazado con la destrucción por otro país miembro, sino porque a Israel todo
el mundo se atreve a decirle cuál es su capital, cómo debe gobernarse y cómo
defenderse. ¿Se imaginan esa arrogancia respecto a otros países con conflictos
abiertos o con guerras declaradas? ¿Se imaginan a la ONU diciéndole a Irán cómo
debe actuar? Pero si ni tan solo le ha pedido explicaciones por su implicación
en el doble atentado en Buenos Aires, plenamente demostrado por el fiscal
Nisman, al que después alguien “suicidó” adecuadamente. O, ¿Se imaginan a Rusia
puesta en la picota por las armas nuevas que está probando, con total
impunidad, en la guerra de Siria? Y, ¿Qué me dicen del bueno de Erdogan con su
pequeña represión por doquier, o de la guerra desalmada que Arabia Saudita está
perpetrando en el Yemen?
Alguien, de todos los alguien que ponen en
discusión todo lo que hace Israel e, incluso, cuestionan su propia existencia,
¿Se pregunta por qué existe Qatar, o Emiratos, o cualquier otro país nacido
hace dos días, fruto de los intereses geopolíticos europeos? ¿A alguno
de estos alguien les exige una capital distinta a la propia, a pesar de que
ninguna de ellas tenga el pedigrí milenario que tiene Jerusalén para el pueblo
judío? Y por preguntar, en el camino de cuestionarlo todo, ¿Alguien
les dice a las organizaciones palestinas cómo deben gobernarse, les afean su
represión masiva a los disidentes, sus acciones terroristas, su corrupción endémica,
felizmente surgida de la ayuda internacional? Para nada. Sobre el
conflicto que vive y sufre Israel, la defensa siempre es unilateral, la crítica
se convierte en demonización, y la hipocresía en una evidente forma de
desprecio. Al mismo tiempo, nunca se pone luz a los logros, a los intentos de
pacto, a las renuncias, a los avances científicos y tecnológicos, a la solidez
de su democracia. Es una especie de crítica en negro, sin blanco, ni matiz,
perpetrada por aquellos que acumulan miserias sin descanso.
Ahora toca sesgarse las vestiduras por Jerusalén.
¿Cómo se atreven, estos judíos locos y este loco yanqui a considerar que la
capital de Israel, es la capital de Israel? ¿Qué son tres mil años de
nada, ante el griterío del mundo islámico, siempre tan dado a venderse como
víctimas, ellos, tan a menudo victimarios? Y en estas estamos otra
vez, con la escandalera de unos países que le exigen a Israel, lo que nunca
permitirían en su casa. Se le llama geopolítica, pero solo es una descarnada
hipocresía.
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